Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.
jueves, 4 de abril de 2019
"CIELO ENTRE RUINAS"
Cuando el cielo más azul y bello, cercano e intenso, solo pudo verse entre ruinas de tierra y sueños, con olvido y pena.
Una de esas extrañas paradojas del fin del mundo asomada esta mañana en calle Las Kábilas de Ronda.
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