Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 12 de abril de 2016

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "En la mente del hipnotista" de Lars Kepler

“Cada respiración nos acerca más a la muerte y nos consolamos con el trabajo y la rutina, pero de vez en cuando necesitamos poner patas arriba nuestras reglas y nuestra existencia, quizá sólo para demostrarnos a nosotros mismos que somos libres”



Son mis modos, gustos o deseos. Y si no les gustan, contraviniendo a Groucho Marx en sus principios, no tengo otros. Y según estos, como saben los que ya me conocen, después de un texto profundo, delicado, mirado, requiero de una siguiente lectura, en este caso policíaca, que solo me entretenga, divierta, y en la que no piense más que en encontrar al asesino o dilucidar la trama del misterio pertinente o solo estremecerme si se trata de un buen thriller de los llamados psicológicos y en torno a sutiles y escalofriantes asesinos en serie. También por aquellos, mis principios del antojo, a que suelo rehuir de los llamados “best-sellers”, salvo honrosas excepciones y de la que es ejemplo esta novela negra, “En la mente del hipnotista” (Planeta, 2016) de Lars Kepler (seudónimo de Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho, un matrimonio sueco de escritores), y con la que de la misma manera he roto mi otra exigencia por lo secuencial, al tratarse como es esta del quinto ejemplar en torno al personaje del comisario Joona Linna. En consecuencia, novela de la que me dispongo tanto a reseñarles como a recomendarles de antemano.

“Un asesino en serie conmociona a la sociedad sueca: graba a sus víctimas instantes antes de matarlas y cuelga los vídeos en YouTube prácticamente en tiempo real. La policía es incapaz de reconocer a las futuras víctimas y se encuentra en un callejón sin salida. Por ello deciden recurrir al eminente psiquiatra y experto en hipnosis Erik Maria Bark, con el que resolvieron su caso más mediático en El hipnotista, quien hallará una conexión entre el modus operandi del asesino con el de un antiguo paciente suyo. Sin embargo, la investigación da un giro inesperado y todos los indicios conducen a él, que además conoce a todas las víctimas. ¿Es posible que sea él el asesino? Nadie cuenta con que el sagaz inspector Joona Linna, que vuelve literalmente de los muertos, lo dará todo para devolverle al hipnotista toda la ayuda que éste le brindó en su caso más importante. «Si las luces están encendidas, alguien puede verte desde fuera. Si están apagadas, no podrás verlo si está dentro.» Cierra con llave, corre las cortinas, no te muevas: la pareja reina del thriller psicológico te dejará sin aliento”.

Al empezar la lectura ignoraba que esta novela formara parte de una serie, de hecho es esta su quinta y última, por el momento, entrega; luego, por alguna que otra referencia salpicada, y adecuada, en el relato, supe que los autores habían retomado el éxito cosechado con el primer volumen, “El hipnotista”, de ahí también lo redundante, y comercial, de “En la mente del hipnotista”; aunque me guste más, por su trama, por la angustia que rezuman sus páginas, su título original, “Acosador”. Sea como fuere, no se hace indispensable seguir el orden riguroso de la serie. Por otro lado, o por cuanto verdaderamente interesa en esta o en cualquier reseña, comentar que es una historia de ritmo ágil, trepidante, aviesa, absorbente, inquietante; escrita en la tercera persona de un omnisciente narrador que imprime un pulso e interés indeclinable a lo largo de sus 640 páginas, repartidas en 139 capítulos cortos que dan mayor fluidez a la narración, junto a diálogos muy directos y sucintas descripciones solo para situar al lector y no intrincar el relato con lirismos innecesarios. Tensión narrativa más en sus extremos, en esos momentos oscuros y opresivos, en ambientaciones, reitero, que no nos crean ninguna aspereza por la originalidad de ser en Suecia donde se desarrolla la novela; en las secuencias de los crímenes tan espeluznantes, con los que se nos acelera la pulsación, desorbita los ojos y, fue mi caso, me llevó a arrojar, sobre todo en la noche, temerosas miradas a las ventanas.

“Todas las casas tienen rincones desagradables”, piensa ella temblando. Cuartos o recovecos que almacenan el viejo miedo a la oscuridad de la infancia”

“En la mente del hipnotista” es una novela negra o thriller o ambos de acento vertiginoso, intrigante, sombrío, tan absorbente que es imposible dejar de leer hasta llegar a su espectacular final, si bien yo logré antes dilucidar quién se encontraba detrás del asesino en serie. Pura suerte, ya que, de acuerdo que con su desenmascaramiento casan algunas piezas del puzzle, no se dispone de todos los datos necesarios para resolver su identidad. Un asesino en serie que mata furiosamente a sus víctimas tras acosarlas, grabarlas y compartir las imágenes por YouTube, como mandan los cánones; es decir, autor de crímenes atroces, pero no con esa truculencia que pueda afectar a sensibilidades lectoras frágiles o susceptibles, pero descritos con una tensión incisiva, desasosegante. Y es que no podemos estar seguros ni en nuestra propia casa… Y menos mal que contamos con policías como Joona Lima, ex comisario que regresa tras un obligado exilio, o profesionales médicos como Erik Maria Bauer, hipnotista, para mí los personajes de la novela más conseguidos y carismáticos, los que más me han gustado, esperándome más, en especial perspicacia, de la embarazadísima comisaria Margot Silverman que encabeza la investigación y la caza del “serial killer”. Magnífica la conjunción que establecen los autores entre las pesquisas policiales y las motivaciones psicológicas de unos y otros, policías y víctimas, buenos y malos.

“Joona cree que los misterios sólo existen hasta que se descarta lo imposible”

Otro aspecto destacado, habitual en las narraciones policíacas nórdicas, es el trasfondo crítico que pone en tela de juicio la presunción de Suecia como país idílico. En este caso, la crítica por cierta deshumanización de la sociedad, la frialdad en las relaciones que conlleva a la soledad y a un peligroso proselitismo, en una comunidad con tantos y diferentes credos, religiones, pastores…; además, la conciliación laboral, el uso y abuso de las drogas, la violencia, la dejación en algunos ejemplos de investigación policial, y acerca de las redes, internet, como es ejemplo el descontrol, el riesgo de algunos de los vídeos que se suben a YouTube.

En conclusión, quise y disfruté muchísimo de esta entretenida y adictiva novela. Una novela negra a ritmo de thriller, de argumento intenso, extraordinariamente desarrollado y culminado, con unos personajes sobre los que, con seguridad, volveré a leer y a entretenerme. Recomendable.


“Los asesinatos se suceden como una sarta de perlas, como un rosario —piensa—. El orden de las muertes, como el de las cuentas, está fijado antes de que los dedos lleguen a tocarlas. En teoría, tenemos más tiempo, pero en la práctica no, porque el asesino sólo cuelga el vídeo cuando ya es demasiado tarde para que podamos identificar el lugar o a la mujer”

3 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Pues mis sensaciones son más o menos como las tuyas. Me entretuvo un montón y lo leí en nada.
    Excelente reseña.
    ¡Nos leemos! :-)

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