"Durante medio siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
Echando sangre por boca y narices."
Y ahora se ha ido, o al menos físicamente, el poeta que destrozó al poeta, a registros y sentidos, la antipoesía edificada con los versos de la cotidianidad. Descanse en paz, NICANOR PARRA... pero siempre si a usted así le pareciera.
("La montaña rusa", "De versos de salón")
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