miércoles, 26 de mayo de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "Hasta aquí hemos llegado" de Antonio Fontana.

 


“Por mucho que hoy las ciencias adelanten que es una barbaridad, lo que han conseguido alargarnos es la vejez, no la vida.”

 

 

Me lo he pasado muy bien leyendo “Hasta aquí hemos llegado”, (Siruela, 2021), la magistral tragicomedia, inspirada en el Decamerón de Boccaccio, con la que el malagueño Antonio Fontana ha logrado el Premio de Novela Café Gijón 2020. Novela coral que pergeña, con un sutil humor negro, una ácida crítica de nuestros tiempos, especialmente cargando las tintas en la ancianidad: su situación, su abandono, su soledad, su digresión, su nostalgia, su tiempo sin tiempo, su existencia sin existencia en las residencias de ancianos; … y subrayando el irremisible mensaje que, con distancia o no, de la muerte no nos libra nadie. En un escenario, la “Residencia de Señoritas Peña Hincada”, situada en un lugar agreste de la serranía de Ronda, “Qué horror, la vida aquí arriba, más allá de Encinas Borrachas; más allá de Atajate y Benadalid, con su cementerio dentro del castillo; más allá del fin del mundo”, en la que sus personajes, la “Socorro”, la “Millones”, la “Académica”, y otros apodos para otras ancianas …, dan un testimonio reconocible y empático acaso sobre la falta de vida en la vejez. Antonio Fontana despliega una prosa bien currada, particular, muy dialogada, con giros ágiles y sagaces en la trama o en las tramas; en una propuesta arriesgada, irreverente, consumada con éxito.

 

 

Sinopsis:

 

 

“Vestida con una bata blanca y con un fonendoscopio colgado del cuello, la muerte recorre cada noche las habitaciones de la Residencia de Mayores Peña Hincada para auscultar a las internas, tomarles el pulso y decidir a quién le tocará hoy y a quién mañana. ¿A la Socorro, a la Millones, a la Académica? ¿A la Ciempiés, a la Enterradora, al Alma en pena? ¿O quizá a la Aparición? No hay grandes distracciones en el centro, las ancianas casi no reciben visitas y el tiempo que les queda se les va en rumiar sus obsesiones, sus secretos, las vidas reales o imaginarias que dejaron atrás.

 

En Hasta aquí hemos llegado Antonio Fontana ha compuesto una suerte de moderno Decamerón sobre la vejez, su falta de pudor, su incorrección y, sobre todo, su humor negro. Una visión tan sutil como insólita y divertida de la ancianidad a través de un conjunto de voces perfectamente caracterizadas que rompen con los estereotipos y dan una perspectiva compleja, dinámica y tragicómica de la última etapa vital.”

 

 

Divertida, fresca, insólita. Recomendable.

 

 

“Aquella noche me di cuenta de que hay algo muchísimo peor que vislumbrar el futuro: la maldición de conocer el pasado.”

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