sábado, 7 de agosto de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "El día que se perdió la cordura" y "El día que se perdió el amor" de Javier Castillo.

 



“Todos huimos de algo. Algunos huyen del pasado, pero la mayoría intentamos huir de nuestro destino.”

 

 

El día que se perdió la cordura”, (Suma de letras, 2017), del malagueño Javier Castillo, es una inyección de adrenalina en vena, la que penetra vorazmente por los ojos, recorriendo y acentuando con tensión los sentidos; anulando, absorbiendo la atención, el interés, enajenando de cualquier otro asunto que no sean sus páginas, el descubrimiento de una tras otra, de su historia, en una lectura presurosa que no puedes dejar, desde el mismo comienzo hasta el final; casi desquiciando al lector, precisamente situándolo casi al borde de perder la cordura, por una trama pura, contundente, macabra, directa, muy compleja e inasimilable o inasumible, aunque urdida con una perspicacia y habilidad magistral, de capítulos cortos, descripciones meridianas, de diálogos precisos, de acción a raudales, hasta un término… Un thriller perfecto.

 

Sinopsis:

 

“Amor, odio, destino, extrañas prácticas, intriga y acción trepidante inundan las páginas de la primera novela de Javier Castillo convertida en el fenómeno editorial del año.

 

«A veces el destino nos pone a prueba para que sepamos que existe».

 

Centro de Boston, 24 de diciembre, un hombre camina desnudo con la cabeza decapitada de una joven. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en el misterioso pueblo de Salt Lake diecisiete años atrás.

 

Con un estilo ágil lleno de referencias literarias -García Márquez, Auster, Orwell o Stephen King- e imágenes impactantes, Javier Castillo construye un thriller romántico narrado a tres tiempos que explora los límites del ser humano y rompe los esquemas del género de suspense.”

 

 

 

“La casualidad no es más que el destino disfrazado de inocencia.”

 

 

 

Sin embargo, “El día que se perdió el amor” (Suma de letras, 2018), la continuación de Javier Castillo a “El día que se perdió la cordura”, es una novela innecesaria, prescindible. Quizás por la reiteración, por un tejido argumental idéntico al anterior volumen, con los mismos usos y elementos y juegos narrativos. También, justo es reconocerlo, de una consideración negativa apoyada por una lectura inmediata a la finalización de la otra, de la novela predecesora, lo que puede ser una rémora, hastío, un problema. Por tanto, por esto, resulta imposible conjeturar si esta novela hubiera valido por sí sola, sin su brillante precedente, en una narración sorprendente, trepidante y muy entretenida. De ahí, pues, lo de reiterada, innecesaria y prescindible.

 

 

Sinopsis:

 

“Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura, con una gran acogida internacional, Javier Castillo llega con una nueva novela que explora los límites del amor.

 

«A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele».

 

A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.”

 

 

“Cuando caminas entre dos mundos, el único modo de permanecer en el centro es tirando de los extremos.”

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