Por supuesto que Melody no tiene culpa en el teleguiado desastre de España en Eurovisión, realizó una actuación impecable, lo hizo muy bien en un Festival donde debe primar el Arte, pero su suerte o mejor desgracia ya estaba echada, decidida, por el amo sionista del tinglado y el sucio silencio europeo porque Palestina es tierra pobre y de pobres. Tampoco el Gobierno de España tiene culpa en esto, también lo está haciendo muy bien en su compromiso con la defensa de la paz y de los derechos humanos, en su denuncia al genocidio, no es guerra, de Israel contra Palestina. Sin embargo, el PP (la derecha y ultraderecha) sí tiene la culpa y no lo está haciendo bien, muy mal, por su insensibilidad, inhumanidad, interés, egoísmo, al entrar complacidos en el juego israelí, con apoyar a Israel (ya no es solo por la campaña de votos a favor de éste en Eurovisión y de la que se han mostrado tan contentos incluso diputados y senadores del PP, su formación juvenil, la inefable Ayuso, periodistas afectos, etc.) sino por su complicidad, sí, cómplices del exterminio, por no importarles, no importarles nada, la crueldad, la devastación, el asesinato de más de 15000 niños y niñas, de más de 50000 civiles, (no sorprende asimismo por su gestión más negra: las 7291 muertes de ancianos en residencias de Madrid, de la Dana en Valencia, del Yak-42, del 11 M...) Incomprensible cómo no condenan esta masacre, cómo no se conmueven con esta tragedia. No todo vale en política, no todo vale ante la destrucción de escuelas y hospitales gazatíes, ante los cadáveres de miles de niños. Y todo por una desquiciada obsesión contra Sánchez y, fundamentalmente, por el dinero que están dejando de ganar por no estar en el Gobierno, en el poder. Miserables.