Lástima que hoy no pueda estar en Málaga asistiendo a un interesante evento literario. Limitaciones físicas y prevención médica me impiden acudir a la cita o presentación de un nuevo libro que seguro tendrá muy buena acogida y una lectura amena y agradable. Gracias por la invitación.
Bien cierto es que de estar hoy en Málaga, ambicionaría tener el don de bilocación, es decir, encontrarme simultáneamente en lugares distintos y de esta manera no perderme y disfrutar de la conversación entre el bueno de Juan Bonilla y Jesús Marchamalo en las Jornadas “El destino de las bibliotecas”, en la Casa de la Cultura Gerald Brenan; y asimismo en el Centro Andaluz de las Letras, en el encuentro con mi admirada Irene Vallejo, en torno a su última obra “El infinito en un junco” (Premio Nacional de Ensayo 2020).
Pero la cita literaria ineludible, es de bien nacidos ser agradecidos, tendrá lugar en la Librería Proteo, C/ Puerta Buenaventura, 3 y 6, en la presentación del libro “A Quico Rivas” (Athenaica) de Fran G. Matute, en charla con Héctor Márquez, sobre uno de los mayores agitadores culturales de la transición española. “«Yo mismo cultivé la leyenda de mi mala fama, que es la única fama respetable», dejaría dicho Quico Rivas (Cuenca, 1953-Ronda, 2008) en su última entrevista. Personaje tan esquivo como excesivo, tan singular como multifacético, dedicó toda su vida a la crítica de arte, al comisariado de exposiciones, al periodismo y a la investigación, también a la creación artística, literaria y hasta musical, a la escritura en definitiva, pero sobre todo a la agitación político-cultural, también a las profundidades de la noche, cosiendo con su empuje las ciudades de Sevilla, Madrid y Barcelona, vertebrando por el camino buena parte de la Movida y alrededores. Anárquico y anarquista, a pesar de su linaje aristocrático (o precisamente por ello), vivió siempre cómodo en los márgenes de la historia oficial.”
Animaos, vosotros que podéis.