El horror injustificado, vacío, inhumano. La ignorancia de bestias en sus dioses imbéciles, estúpidos mensajes sin imaginación, grises, postrados a sus miserias. Asesinan paz y esperanzas, ensangrentan amor y belleza; usurpan la dignidad humana y explosionan escenarios de concordia.
"Siempre nos quedará París", tampoco.
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