"CAUTIVO", es la palabra que está mañana soleada y agradable en Málaga amarra la necesidad de los labios, de la voz de tantos malagueños a los que veo, sonrió y envidio por su reunión ayer en el atardecer de sus calles. Palabra que vacía, derrama fuera el escalofrío lento, el susurro de la emoción honda que aún en el silencio declama a gritos su conmoción. Allá impresa, indeleble en esas cercanías tan lejanas, abstraídas, íntimas, en los fulgores de los ojos húmedos por las lágrimas incómodas de la lluvia, por su dicha a la pausa, la de otras miradas al cielo, permisiva al fervor, al encuentro. Palabra llena, satisfecha de rocíos de romero, azahar, de cera quemada, densos en la brisa de la mar, en el incendio de un crepúsculo intrincado de espinas, de redención y esperanza blanca. Sentimiento Cautivo.
martes, 22 de marzo de 2016
CAUTIVO
"CAUTIVO", es la palabra que está mañana soleada y agradable en Málaga amarra la necesidad de los labios, de la voz de tantos malagueños a los que veo, sonrió y envidio por su reunión ayer en el atardecer de sus calles. Palabra que vacía, derrama fuera el escalofrío lento, el susurro de la emoción honda que aún en el silencio declama a gritos su conmoción. Allá impresa, indeleble en esas cercanías tan lejanas, abstraídas, íntimas, en los fulgores de los ojos húmedos por las lágrimas incómodas de la lluvia, por su dicha a la pausa, la de otras miradas al cielo, permisiva al fervor, al encuentro. Palabra llena, satisfecha de rocíos de romero, azahar, de cera quemada, densos en la brisa de la mar, en el incendio de un crepúsculo intrincado de espinas, de redención y esperanza blanca. Sentimiento Cautivo.
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