Me acordé de mi amigo Nacho Garrido cuando leía unos fragmentos de la entretenida novela "Todo arde", de Juan Gómez-Jurado. Unos párrafos donde se hace alusión a Ronda, en la descripción de unos entrañables personajes secundarios. Estos que, junto a una de las protagonistas principales, Maripaz, quien también sirvió en la Boel, son legionarios jubilados por distintas causas y que sobreviven a duras penas con el honor. Y a cuanto traigo aquí, además, por la impronta que La Legión ha dejado en Ronda para siempre.
Estos son los párrafos:
"Sigue el Caballa, que más que soltar las frases, las enhebra. Toda la grasa que le falta en el cuerpo la lleva en el habla. No cuenta su historia, la glosa. Que es muy leído, siempre va con un libro en la mano y nunca ha mancillado su piel con tatuajes, como los otros. Bebe poco, nunca fue con moras y no se droga. Es de Ceuta, pero pasó los últimos años en Ronda. Fue instructor de tiro en el Serrallo ..."
"Angelo es de poca charla y mucha chanza, pero entre broma y broma, Aura saca en claro que se alistó en el 88 diciendo que se llamaba Angelo Mancini, aunque no habla ni una palabra de italiano. Todos saben que es de Coria, pero le siguen la corriente porque un legionario es de donde él dice, no de donde pone en el carnet de identidad.
Sirvió en el Tercio Alejandro Farnesio, y fue a Bosnia, como tantos."
Por último, unas frases que a mi amigo Nacho Garrido encantará:
"... nosotros no somos soldados -sentencia el Málaga, cuando traga el bocado-. Nosotros somos legionarios."
F.J. Calvente.
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