Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 1 de julio de 2018

"Esta ausencia de hace un poco"

No terminaba de acostumbrarse a estas antesalas del atardecer, no quería, no quería perder la sorpresa, la excepcionalidad del momento, acaso su magia. Con todo, hoy, el vacío de la tarde, el silencio o la calma inalterable, los abismos planos, se ideaban más dilatados, más empeñados en la escurridiza irrealidad, como la ausencia malva que teñía el tránsito hacia el enmascaramiento de la noche. Oyó a Julio Cortázar en la sinuosidad de un viento extrañamente fresco: "Hay ausencias que representan un verdadero triunfo". Sonrió, cerró los ojos, llenándose los pulmones con otro triunfo de la vida.

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