Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 2 de julio de 2019

"Vergel pujerreño"


Pujerra. Veo esta fotografía de mi prima Eli y veo a Pujerra, el pueblo, a su esencia, al corazón palpitante que no se deja corromper por la ineptitud, la codicia de los hombres. "Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo", fluyen, o estos versos del  "Cancionero y romancero de ausencias" de Miguel Hernandez acomodan mi impresión. Pues confieso, con tristeza, percibir un languidecer de la villa que viene de lejos, de cómo una de mis raíces, a pesar de la distancia, está cada vez más seca en su ardua búsqueda de comodidad y reunión, de un agua lustral que todavía recorre sus entrañas, de vinculación con su historia y leyenda; percibo el olvido de su memoria, tan de manera firme y paulatina, de su misticismo, para mostrar o metamorfosearse en la agresiva estética de unas ruinas siempre grandilocuentes, de caserones vacíos en su afán de alcanzar un cielo que los desprecia, las tupidas vallas que asfixian al castañar, el ruido instalado en el silencio, ni imaginación ni expectativas, vírgenes recursos ya agotados... Y sin embargo, mirar y admirar esta foto, sea como una revelación, ha secundado la fe, no tiene otra explicación, de cómo el propio pueblo se resiste al cambio basto de los hombres, con esta sencillez desconcertante de sus íntimas gentes, con un dispendio amable y generoso de color y olor, con los que reivindicar su identidad, su sensibilidad, su alma. No son "Ficciones", al igual que el compendio de relatos del maestro Borges, quizás sentencias como su reflexión que enmarca a todo esto: "Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes." Pujerra es y debe ser la flor más bella del Valle del Genal, recóndita ahora tal vez y una vez despojada de esa superficialidad ignorante e inválida de quienes tienen que perpetuarla día a día; ahí estos derroches florales para recordárselos, recordárnoslo, para hacer presente, y venidero, su nombre, su inexcusable lugar en nuestra pertenencia. No pido mucho, sólo oído a su susurro, voz a su enriscada naturaleza, paladear su belleza atemporal, sin invenciones, desidias ni ambiciones. Y con Manuel González Prada termino: "No me pidas una flor, que en el jardín y el vergel eres tú la flor mejor": Pujerra.

"Vergel pujerreño"
© F.J. Calvente.

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