“Por ir siempre a donde no debía, acabé por hacerlo donde menos lo esperaba.”
“Los ancianos siderales” (Galaxia
Gutenberg, 2020) del recientemente galardonado con el Premio Nacional de las
Letras, Luis Mateo Díez, ha sido un libro con el que me he reído, mucho, con el
que he aprendido gramática española, sobrado, y que me ha aturdido, incluso
sorprendido, bastante. Expresionista, surrealista, absurda, profunda,
hilarante, retórica, divertida, densa… Una novela singular. Literatura con mayúscula.
Su lectura, acaso como anécdota propia, me ha hecho pensar en esta descabellada
polémica actual sobre la LOMLOE, la Ley Educativa o “ley Celaá”, y, entre sus
aspectos poco conocidos y falseados, con lo del castellano como lengua
vehicular, por ejemplo; … tomando consciencia de la idiotez, de una solución irrefutable
a la porfía política, con algo tan saludable como es leer, leer, leer…; ya que si
en verdad nos preocupa o les preocupa a algunos tanto el español, pues una indicación:
a leer, y se aprende mucho español leyendo esta novela. Una sugerencia. Una
exigencia. Y, por otro lado, interesa con un tema que, desgraciadamente, continúa
muy presente en esta pandemia: el desamparo y soledad de la vejez. Una obra imprescindible.
Sinopsis:
“El Cavernal, donde se
desarrolla esta novela, puede parecer un establecimiento de acogida lleno de
ancianos de muy variada especie y regido por las hermanas Clementinas. También
podría pensarse que se trata de un aerolito desprendido de algún más allá
estratosférico donde ni la edad ni el tiempo tienen nada que ver con quienes lo
habitan. O, en último extremo, de una nave espacial a punto de partir con los
ancianos más avispados y quiméricos, que han sido abducidos. En cualquier caso,
lo que sucede en el Cavernal no hay quien lo remedie y todo se envuelve en una
suerte de disparatada aventura previsiblemente peligrosa.
La novela que nos lleva a ese
establecimiento puede resultar muy divertida y, al tiempo, misteriosa y
desconcertante. La imaginería entre expresionista y surrealista con que está
escrita y tramada tiene el aire hipnótico de unos sucesos y personajes
difíciles de olvidar, aunque haya que asumir el riesgo de quedar como lectores
confinados de forma irremisible en el Cavernal, una experiencia tan
perturbadora como hilarante.”
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