Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 24 de junio de 2021

"OLLERÍAS"

 


En cualquier caso, siempre es motivo de felicitación y reconocimiento la recuperación de los caminos históricos de Ronda por parte de la Administración local o con el apoyo económico de otras; falta le hacían, y mucho, todavía hoy muestran nuestra incomprensible incuria y vergüenza. Aquí, en el recién remodelado camino de Ollerías, esa otra alternativa de enlace de los Arrabales, este que junto al de la Cijara han supuesto una inversión rondando los doscientos mil euros por parte del Ayuntamiento de Ronda en su rehechura o restablecimiento, y dentro de lo que podría tratarse de una segunda fase al ambicioso proyecto iniciado por el anterior equipo de gobierno con la recuperación de la ronda del Albacar y deteriorados lienzos de las murallas. El paseo de algo más del centenar de metros por este renovado camino con pavimento de piedra arenisca, al fragante y umbroso aliento de las higueras, se hace cómodo y grato, desde la zona de la olvidada Puerta de los Esparteros, a un lado bajo Las Imágenes, hacia el camino del arroyo de Las Culebras, a un tiro de los Baños Árabes.

 

Sin embargo, me gustaría creer, asumir que esta remodelación no está aún terminada. En primer lugar, porque me gustaría confiar en que existe la intención y una gestión comprometida por adecuar el trayecto para personas con movilidad reducida. Y, en segundo lugar, precisamente ahí, tras ese desquiciado portal que conduce a un espacio abierto y privado donde, tras el frondoso árbol que sirve de siniestra pantalla, se encuentra olvidada, vulnerada, la Puerta de Esparteros o de la Mancebía. Una de las principales puertas de la Ronda musulmana, la de los benimerines, siglo XIII o principios del XIV, de arco simple de medio punto, rebajado, de fábrica de ladrillo en muros de mortero y tapial, que entonces comunicaba el barrio de las curtidurías (San Miguel) con el del Espíritu Santo. Un espacio, un monumento, que tendrían que ser reivindicados, remozados e incorporados a nuestro acervo patrimonial y para disfrute de todos.

 

F.J. Calvente.

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