“A las personas se les adivina la
bondad por la sonrisa, las hay que denotan sabiduría, otras son malvadas, las
hay inocentes y las hay honestas.”
Después de la tierna “Candela”,
con la que Juan del Val obtuvo en 2019 el Premio Primavera de novela, cambia en
“Delparaíso”, (Espasa, 2021), de escenografía urbana; de un ambiente sencillo y
humilde, a su otro límite con protagonistas pudientes y en una urbanización de
lujo; este que por momentos me trasladó a otra novela, “Las viudas de los
jueves” de Claudia Piñeiro, aunque sin la truculencia que tiñe su trama. Este
cambio de decorado argumental, afortunadamente, no ha significado asimismo que
el autor renuncie a aquel tono entretenido, frugal, y por esto fluido y cercano
con que nos cautivó en su obra predecesora. Un relato distraído, sin duda,
absorbente; pero del que me gustaría destacar, más allá de su trama coral, de
ese estilo cinematográfico sin artificios ni sorpresas, la habilidad del
escritor por fabricar de la normalidad, de lo insulso y cotidiano, algo
extraordinario e intrigante. “La vida normal no es como las películas que la
gente quiere ver.” No, no es fácil construir un relato, y ganarse la
complicidad del lector, donde pasa de todo y en realidad no pasa nada.
“Vidas que se entrecruzan, gente que
no es lo que parece, de las apariencias. De un lugar idílico que no lo es
tanto.”
Sinopsis:
“En Delparaíso todo
parecía idílico y perfecto. Hasta que Juan del Val nos ha abierto las puertas:
pasen y vean.
Delparaíso es un lugar
seguro, vigilado las 24 horas, lujoso e inexpugnable. Sin embargo, sus muros no
protegen del miedo, del amor, de la tristeza, del deseo y de la muerte. ¿Acaso
tiene sentido protegerse de la vida?
Juan del Val dirige su
mirada, lúcida e implacable, a este mundo tan hermético como inaccesible para
construir una narración absorbente, a veces divertida y a menudo incómoda. Bajo
su aparente sencillez, prácticamente en cada página el lector tendrá que
enfrentarse a un dilema moral que le hará leer con el corazón en un puño. “
Una novela entretenida.
“El motivo de que las personas no
cambien suele ser que no quieren cambiar. La libertad es un abismo. La seguridad
es un lugar con suelo firme.”
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