“- … ¿Quiénes van a hacer la revolución social, sino los estafadores, los desdichados, los asesinos, los fraudulentos, toda la canalla que sufre abajo sin esperanza alguna? ¿O te crees que la revolución la van a hacer los cagatintas y los tenderos?
-De acuerdo, de acuerdo… pero, en
tanto llega la revolución social, ¿qué hace ese desdichado? ¿Qué hago yo?”
“Los siete locos”
(Círculo de Lectores, 1996. Colección Maestros Modernos Hispánicos. 1929), novela
del escritor argentino Roberto Arlt, está estructurada en torno a tres
pilares fundamentales o factores: psicológico, policiaco y fantasioso. Y en
torno a estos aspectos, Arlt construye una historia que recuerda, por su
planteamiento existencialista, no tanto por su surrealismo, a esa decadencia ambiental
de Dostoievski y con la que, a fin de cuentas, testimonia una genial crítica a
los tiempos de la Argentina de los años veinte del siglo pasado. En esta
encontramos un curioso escenario donde reflexionar en torno a los valores
morales, la soledad, el desarraigo, de la ilusión y la desolación, de la muerte
y de la vida… A esta novela le sucede “Los lanzallamas”, y de la que sin duda
alguna hablaré en su momento.
Sinopsis en palabras
del autor:
“El argumento es
simple. Uno de los personajes, llamado el Astrólogo, quiere organizar una
sociedad secreta para revolucionar y quebrantar el presente estado de cosas.
Para llevar a cabo su proyecto necesita dinero. En estas circunstancias,
Erdosain le ofrece el medio para adquirirlo. Se trata de secuestrar a un
pariente que lo ha abofeteado. Lo narrado abarca la primera jornada de la
novela. En la segunda jornada se lleva a cabo el secuestro del personaje, y en
la tercera parte, o la última noche y su día, abarcan la vida interior del
personaje antes de cometer el crimen, o permitir que se cometa.”
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