Siento un desierto de siglos por atravesar esta necesidad de escribirme, por escribirte si quieres y no me juzgas; y en ese vacío de arenas, cenizas y espejismos efímeros, los días no me dejan ni a intentarlo siquiera.
(Por cierto, el de abajo es el amigo Charles Bukowski, no sé cómo se ha colado aquí, será por su letra y el retumbo ahora de su conmoción...)
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