“¿Cómo vivir en un mundo con el que
uno no está de acuerdo? ¿Cómo vivir con la gente si uno no considera suyas ni
sus penas ni sus alegrías? Si sabe que no es parte de ellos.”
Después de 30 años,
esta nueva relectura de la obra de Milan Kundera, “La insoportable levedad del
ser” (RBA Editores, 1992), la magistral e inusual historia de amor en la Praga
de 1968, y asimismo de celos, sexo, traiciones, dudas, historia, muerte, de las
fortalezas y debilidades, de las firmezas y singularidades en la cotidianidad
de dos parejas en la que sus destinos entretejen un discurrir común, me ha aportado
aún mayor admiración, aceptación, agrado y momentos de atenta reflexión. La
inutilidad de la existencia y la necesidad del eterno retorno de Nietzsche relatada
con esa digresión valiente y sólida, en un argumento donde, al igual que la especulación
filosófica, todo vuelve aunque de manera diferente. Excepcional.
“Aquel que quiere permanentemente
llegar más alto tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo”
“Los amores son como los imperios:
cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos
también”
Sinopsis:
“Esta es una
extraordinaria historia de amor, o sea de celos, de sexo, de traiciones, de
muerte y también de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos
parejas cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Guiado por la asombrosa
capacidad de Milan Kundera de contar con cristalina claridad, el lector penetra
fascinado en la trama compleja de actos y pensamientos que el autor va tejiendo
con diabólica sabiduría en torno a sus personajes. Y el lector no puede sino
terminar siendo el mismo personaje, cuando no todos a la vez. Y es que esta
novela va dirigida al corazón, pero también a la cabeza del lector. En efecto,
los celos de Teresa por Tomás, el terco amor de éste por ella opuesto a su irrefrenable
deseo de otras mujeres, el idealismo lírico y cursi de Franz, amante de Sabina,
y la necesidad de ésta, amante también de Tomás, de perseguir incansable, una
libertad que tan sólo la conduce a la insoportable levedad del ser, se
convierten de simple anécdota en reflexión sobre problemas filosóficos que,
afectan a cada uno directamente, cada día.”
“El hombre nunca puede saber qué debe
querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas
precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.”
“La vida es un boceto para nada, un
borrador sin cuadro.”
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