Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 16 de noviembre de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "El ruido y la furia" de William Faulkner.

“Todos hablaban a la vez, insistentes y contradictorias sus voces, convirtiendo lo irreal en posible, luego en probable, después en hecho incontrovertible, como hace la gente al transformar sus deseos en palabras.”

 



 

Esta frase de “El ruido y la furia” de William Faulkner, en una relectura de la edición de Planeta de 1973, resumiría mi lectura de esta obra transgresora, revolucionaria y fundamental de la Literatura. Probablemente este haya sido el libro más difícil que he leído, el que más atención, paciencia y curiosidad me ha suscitado, y el que en esta nueva relectura más me ha sugestionado al tener ya una perspectiva general de su argumento, con lo cual ha facilitado la posición y acaso resistir a su complejidad, y así poder apreciar nuevos matices y caminos.

 

 

“Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.”

 

 

Una novela experimental delineada con una maestría brutal y delirante, a través de sus diversos narradores en cuatro capítulos, enorme la capacidad de registrar la introspección de estos, de sus personajes, en un amplio panorama que recoge desde las sensaciones de un discapacitado mental hasta otra mente atormentada y obsesiva; con sus giros y saltos temporales, de monólogos intensos e inmensos, muy intrínsecos, sin un principio definido y con un desenlace fallido o más bien extraño, de incómodas elipsis, fragmentos de ortografía vulnerada al suprimir los puntos y las comas, … en todo un maremágnum narrativo al que cuesta seguir pero que asimismo provoca a amarrar sus flecos y a perseguir su misterio. Una soberbia y osada aventura literaria.

 

 

“Se puede ignorar el sonido durante mucho tiempo, pero luego un tictac instantáneo puede recrear en la mente intacta el largo desfilar del tiempo que no se ha oído.”

 

 

“Salí hacia la luz del sol, reencontrándome con mi sombra.”

 

 

 

SINOPSIS:

 

“Novela clave en la obra de William Faulkner (1897-1962), ya que en ella consolidó el que habría de ser su mundo narrativo, “El ruido y la furia” (1929), título que evoca los célebres versos de Macbeth, se articula en torno a los monólogos interiores de los hermanos Compson: Benjy, el idiota; el sensible Quentin, atormentado por el incestuoso amor que siente hacia su hermana Caddy, y el inescrupuloso Jason. La trágica historia que Faulkner va urdiendo con genial maestría en torno a los miembros de una antigua familia hacendada del Sur, desvela con una fuerza expresiva inusual la lenta e implacable corrosión del tiempo, así como el desvanecimiento y la perversión del intangible paraíso de la infancia.”

 

 

“Cada hombre es árbitro de sus propias virtudes.”

 

 

Un maravilloso caos desenvuelto con una versatilidad única. Una geografía narrativa original, sombría, decadente, desintegrada. Abrumadora. Indispensable, una y todas las veces necesarias.

 

 

“Le amaba no sólo a pesar sino por el hecho de ser él mismo incapaz de amor.”

 

 

“Decía que los relojes asesinan el tiempo. Él dijo que el tiempo está muerto mientras es recontado por el tictac de las ruedecillas; Sólo al detenerse el reloj vuelve el tiempo a la vida.”


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