“… sentir la enseñanza del Camino es algo muy diferente a saber mucho de él.”
Admiración, mi primera impresión tras leer “El camino infinito. Una historia de amor y magia en el Camino de Santiago” (Almuzara, 2021) de Luis Mariano Fernández Pimentel. Admiración tras la sorpresa, porque, siendo la primera novela del autor, demuestra una solvencia y madurez narrativas importantes, de muy largo recorrido, a lo que sin duda alguna contribuye, además de talento y de escribir lo que siente, su vocación de divulgador de aquellas cuestiones que se apartan, o las apartan, de la realidad aparente. Y tras la admiración, enorme satisfacción por el discurrir de la narración, con su poso memorado y agradable. La satisfacción por una aventura novelística, por un relato ameno, ágil, intrigante;... tan atractivo, entre otras cosas, por esa original pauta descriptiva del “escritor” en su inicio (ejemplo el extracto de más abajo), y de atención voraz ya desde su primera frase, absorbido con fruición hasta su final y si en verdad llega a tenerlo o a desear más que viene a ser lo mismo.
“A continuación, el escritor mencionara que el peregrino clavó su mirada en la puerta occidental de la catedral y pareció perderse en sus pensamientos mientras, a sus pies, el perro cerró los ojos y, como su dueño, se alejó del mundo. En la mirada del recién llegado se adivinaba el dolor de la derrota o, quizá, el eco de una soledad mitológica.”
Porque esta es una historia de culpa y redención, de pérdida y encuentro, de confianza (o fe) y voluntad, de dolor y consuelo, en torno al amor como motor fundamental que mueve el universo. La historia de amor personificada en Gabriel y Vega, matrimonio que se adentra en un camino imposible, por fantástico, para alcanzar una imposibilidad. Una historia de amor que persigue su otro personaje, Noé, porque es en esa dimensión del amor, tan lejana para él, o tan perdida, donde deberá lograr su salvación.
“… nada tiene que perder quien únicamente tiene una vía para no perderlo todo.”
Pero también es una guía, una insólita y sugerente guía del Camino de Santiago. Un cuaderno de bitácora para transitar por el extraordinario Camino de las Estrellas, por sus ciudades, pueblos, construcciones, enigmas y leyendas, de esoterismos o perlas de un conocimiento ancestral que trasciende el espacio-tiempo. Un libro, un instrumento ineludible para llevar en la mochila del peregrino o de quien se adentre por alguna de sus trochas o etapas o itinerarios; y qué mejor iniciarlo, como el autor nos propone, un 16 de agosto. ¿Por qué? Un libro de consulta, sin duda, con confianza, no en vano el autor ha efectuado casi una veintena de veces la ruta jacobea, un erudito en sus historias y misterios, en sus enseñanzas y sentires; aunque, y buena prueba es la propia novela, este ponga especial énfasis en el sentimiento, más allá del detalle, dato o información sobre o en el camino, “… te sobra teoría y te falta alma. Te falta creer en lo que lees”, fundamental sentir, sentirlo, trasmutar esta extraordinaria experiencia, al fin y al cabo emocional, en el crisol interior, en el corazón.
“_ El mejor lugar para plantar un árbol y que pase desapercibido para quien no está preparado para escalarlo es dentro de un bosque -comentó-. Dios, o como quieras llamarlo, sembró el verdadero grial en el corazón de cada uno de nosotros, pero son pocos los capaces de escalar por él, de ahí que la gente ande buscando copas y reliquias. Cada cual necesita una muleta diferente para comenzar a caminar, ya te lo he dicho. Y en ese cuaderno del que pareces depender tanto, se dice algo parecido.”
Asimismo, “El camino infinito” es también un juego. El autor nos propone, nos incita a un juego iniciático, tomando como referencia a un Juego de la Oca de reminiscencias ocultistas por la estela compostelana; un arquetipo, un mapa simbólico y encriptado del Camino de Santiago, de este a oeste, de ida y vuelta, en un rito o búsqueda del héroe e iniciado en pos del Grial. Grial, como el camino que conduce al Corazón del sufismo, que no es un objeto ni una quimera, es el Amor. Noé, el alter ego o el autor, y cada uno de nosotros que hacemos nuestra esta travesía por la ruta jacobea o la que a partir de entonces nos marcamos a realizar al menos una vez en nuestras vidas, para despojarnos de las ataduras del personaje colectivo, desnudarnos de prejuicios y condicionamientos para llegar al origen, a cuanto fue auténtico o verdadero, en quienes de verdad somos.“Hubo un tiempo en que no sabía quién era porque no quería recordar quién fue.” Un origen que igualmente es un final. El final, ese “Finis Terrae”, después de Santiago, donde se muere, quizás por segunda vez, para renacer en un nuevo ser consciente o a un nuevo paradigma existencial.
“Pero la frase se quedó en el aire, sin terminar. Se murió sin ver la luz. Se ocultó veloz allí donde se esconden las frases que uno nunca llega a terminar.”
Sinopsis editorial:
“Un hombre que huye de sí mismo busca en el Camino de Santiago su redención sin imaginar que le aguarda una aventura que cambiará su vida: un misterioso juego en el que deberá apostar su destino más allá de la muerte. Al principio de la ruta, Noé descubrirá una carta y una libreta escritas treinta y cinco años atrás. En ellas, Gabriel revela que su esposa, Vega, está embarazada pero que padece un cáncer terminal. Pese a todo, ambos iniciarán la peregrinación hacia Santiago de Compostela con la loca esperanza... ¿de qué? A la luz del increíble contenido de las páginas, Noé convertirá la búsqueda de la pareja en su particular Grial, en un viacrucis pagano a lo largo del Camino. ¿Llegó Vega a Finisterre? ¿Pudo dar a luz a su bebé o, murió durante la aventura? Durante la Ruta Jacobea, nuestro protagonista encontrará inesperados guías e insospechados enemigos que anhelan el cuaderno que posee. ¿Alcanzará Noé el finis terrae o morirá una «segunda muerte»? «Si ama el Camino, este es su libro; si le gusta la buena novela, este es su libro. Sus páginas nos conducirán por la Ruta Sagrada a través de una historia que une dos mundos: amor y dolor; profano y sagrado; saber o no saber. Nuestra visión del Camino jamás podrá ser igual». Sebastián Vázquez, escritor «Ciertos libros tienen un recorrido, una meta y unos arcanos. Descifrar correctamente los que propone Luis Mariano te llevará a comprender el secreto de la vida infinita y a saber que, en realidad, hay dos muertes que superar». Jesús Callejo «Cuando el protagonista de esta novela ríe o llora, es el propio autor el que lo hace en un ejercicio de transparencia emocional extraordinario, como solo puede propiciarlo el Camino…». Lorenzo Fernández Bueno, escritor y director de la revista Año/Cero.”
“Y es que no es fácil hablarle a la cara a un hombre bueno cuando tú no lo eres, o a menos no sientes que lo seas.”
Una novela magistralmente edificada, como el triple recinto sagrado, los tres planos o niveles de la manifestación cósmica, como las tríadas herméticas, en tres aspectos: Una bella historia de amor, una guía cultural, y un juego mágico. Todo aleccionado en el sentimiento, en el Amor. “El camino infinito. Una historia de amor y magia en el Camino de Santiago”, indispensable.
“Noé no había olvidado traer su piedra (…) Casi a tientas, buscó una pequeña piedra que había recogido en Ronda con el propósito de dejarla en aquel lugar. (…) cuando se puso de espaldas a la cruz, dispuesto a lanzar la piedra.”
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