Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 20 de abril de 2025

"DOMINGO DE PASCUA"

 


“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?"

Declama Loreto sostenida por mujeres en una misma voz, en una misma alma. Costaleras de la Hermandad del Santo Entierro. Caen algunas lágrimas,  muchas, como el otro llanto de un firmamento gris y pesado que ha impedido, más que la salida de la procesión, traer el cielo a las calles, a la promesa, a la oportunidad de  experimentar, iguales en todos, juntos y fuera, a la esperanza, renovación y transformación.

“No está aquí. Ha resucitado.”

Con todo, Loreto sonríe, alienta a abrir los corazones, abrirlos a un nuevo comienzo, es el momento; con amor, con humildad, incluso con fe si se quiere, desde un poder inefable, energía de resurrección, a ser mejores o buenos, interna y fraternalmente. Atrás quedaron los desafíos, sacrificios y dolor, tinieblas y muerte, contrariedad, vencidos o trascendidos por la Luz y un compromiso de Vida, renacimiento. Loreto es hoy, en Pascua, esos 'laureles' de su nombre que simbolizan la victoria frente a la oscuridad, el miedo no a la muerte, sino a una vida que nos es extraña e incierta.

"Yo soy la resurrección y la vida".

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