También ha querido la Hermandad de Los Gitanos de Ronda engrandecer el Domingo de Ramos, convertir en baile, en poesía a las cenizas del cielo. En Ella, en su Amargura, hay un fandanguillo de luz, un quejido hondo como esa revirá de Armiñán. Y un ruego, un consuelo, una esperanza de Salud para el mundo.
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