Qué Mayor Dolor ver la Sangre detenida en la promesa, en el camino, en el más amado.
Noche del Miércoles Santo.
Esta vez el tiempo ganó el pulso al deseo, al anhelo, y la Hermandad del Cristo de la Sangre, acertadamente, dejó dentro, en Santa María la Mayor, su penitencia y mensaje. Como el "nigredo" alquímico, reflexionemos en la muerte, en ese apacible rostro del crucificado; para arrancarnos, despojarnos de las oscuras superficialidades del ego, de las pasiones bajas, de las frívolas conquistas mundanas, para que esa necesaria muerte nos haga, nos transforme en seres nuevos y más humanos.
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