En esta antesala a tu mayoría de edad, sinceramente, no es una narración, historia o novela que me guste escribir, o acaso escribir como un borrador continuo, sin principio ni fin, un garabatear, borrar y vuelta a empezar; deleitándome, leyendo, viviendo de una nostalgia inocente y niña que no me gustaría acabara nunca de ver, acompañar y sentir. Mi pequeña, Ángela. Pero el tiempo pasa, nos sobrepasa, y ya eres una mujer. Una buena persona, además o fundamental, sencilla, bondadosa y leal. De ahí a que me cueste escribir el relato a este paso de los años, a tu paso de niña a mujer. Solo la música lograría enjugar, transigir con el inexorable transcurso de la existencia, de esa edad sin edad a las prisas de la adolescencia. Música... Porque tú, Ángela, eres una bella melodía. Melodía de mis días y esperanzas.
Música... Aunque nuestros gustos musicales difieran bastante, me resulta extraordinaria la magia que de improviso dispersa su polvillo dorado, su "causalidad", su encanto, cuando pienso en ti, hoy en tu CumpleVida, y dejo que tus músicos, tus canciones preferidas, me susurren lo que quiero decir y me niego o no puedo escribirlo sin que la nostalgia me desgarre por dentro. Fue sentirlo y ahí al momento apareció Maka y su canción "La niña de mis ojos":
"Esta letra la ha escrito mi corazón.
Tú eres la culpable de estas bellas cosas.
Hija, con tu luz, llenas cada rincón
y hasta el mismo infierno se llena de rosas.
Porque eres tú todo lo que me importa.
Que con tu cariño nada es comparable.
Tú sanas mi vida. Tú le das sentido
a eso de ser padre.
Porque eres tú todo lo que me importa.
Que con tu cariño nada es comparable.
Tú sanas mi vida. Tú le das sentido
que a esta rara vida yo ame.
Esa es mi niña, padre mío
la bendiga', ya ha nací'o.
¡Qué alegría!, está conmigo.
Hoy tenerla, un sueño cumplí'o.
Mírame, eres capaz de levantarme una y otra vez.
Te debo tanto que jamás te lo devolveré.
Eres to lo que necesito.
Tu amor me llena tanto que calma mi sed.
Una vez andaba tan perdido que yo hasta perdí mi fe.
Todo lo malo lo sanaste nada más nacer.
Siendo tú mi mayor motivo.
Quien me sostiene pa' que no vuelva caer.
Esa es mi niña, padre mío
la bendiga', ya ha nací'o.
¡Qué alegría!, está conmigo.
Hoy tenerla, un sueño cumplí'o".
¡FELICIDADES!
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