Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 25 de mayo de 2025

¡QUÉ PESTE A PESCADO PODRIDO"

 


Bromas aparte, o con ellas, no sorprende, cansa, que Ana Rosa Q., empecinada más que en corresponsal de guerra, en vivir de las guerras que siempre suscita o bien aviva contra aquellos diferentes a los de su propio interés o facción políticos-económicos y no periodísticos, censurando y aniquilando a los que ponen un pero, un argumento, la lógica o el sentido común y más cuando se refieren a sus corruptas y míseras cuitas, que las tiene y al igual que su patrimonio, mucho. No sorprende, cansa, pues, que Ana Rosa Q., dama de hierro oxidado de la guerra contra el debate y honradez intelectuales, contra el otro lado o perspectiva de la realidad, no solo manifieste su cruda crítica y confrontación, su oposición a aquel anuncio por la paz de RTVE en el apaño de Eurovisión, ("Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina"), sino que inventa, sea asimismo costumbre, una conjura ya no judeo-masónica, por uno de sus elementos y sionista en su exterminio del pueblo palestino, sino comunista bolivariana con Sánchez,  Iglesias o incluso Broncano como coro infernal y apocalíptico. ¡Qué peste a pescado podrido!

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