Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 11 de septiembre de 2016

IMÁGENES CON LETRA: "Otros sueños de Feria"


No es esta carita dulce, con una ligereza de alivio por una travesura no descubierta, la que, pongamos por caso, haya escapado de las acechanzas de lo que parece una nueva escenificación del "secuestro" de las Goyescas interpretada o perpetrada por un aspecto de la municipalidad, bisoña y bronca, o tal vez; o abierta al paso de la cabalgata taurómaca previa a la mítica corrida, con sus toreros, goyescas, carruajes y caballos, cascabeleos entretejidos a un pasodoble noble... y hasta el recto desfile de la guardia real que escribo en minúsculas por cierto ramalazo republicano, o tal vez. Solo es el contento de una niña, de mi niña, por el traje flamenco, por el ambiente, por el helado que le espera dentro de poco. La simplicidad de la felicidad. Las negras cascadas de sus pestañas, tan grandes como la flor en su cabeza, del blanco y azul de septiembre, enormes para contener los húmedos y expectantes centelleos como estrellas titilantes en la noche de sus ojos. Los ojos cerrados a otros sueños de la Feria, retenerlos cuando esta ya acaba.

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