“Traduzco:
no es necesario cometer un delito para ser un delincuente”
Abrumado, fascinado,
indignado, admirado de la lectura de “Una novela criminal” (Alfaguara, 2018) de
Jorge Volpi, ganadora del XXI Premio Alfaguara de novela. No es una novela al
caso, ni encuadrada, como su nombre indicaría, en el género negro, no; tampoco
es un ensayo; tal vez solo una narración periodística, pero no como las demás,
caracterizada por un rigor absoluto, valiente, apasionante, inquietante, o como
el propio autor mexicano la define, “una novela documental o novela sin ficción;
quizá siguiendo una pauta ambigua entre
la literatura y el periodismo, “entre la realidad y los recursos de la
literatura”, muy al estilo de la novela realista de Joyce, Faulkner, Galdós o nuestro
actual Javier Cercas, de Mailer, Kafka y en especial del Truman Capote de “A
sangre fría”. Y es que los hechos narrados sucedieron en verdad, una
novela-reportaje de “la investigación que ni los jueces ni los periodistas
hicieron para desenmascarar a una policía corrupta”, en torno al célebre caso “Cassez-Vallarta”
en México, en 2005. Tras la lectura, decía, valga la serie inicial de
adjetivos, uno ya no sabe a qué realidad nos enfrentamos, pues vence la
incertidumbre, la desconfianza ante un mundo manipulado, exigiendo como una
meta vital, como un sentido a todo, la verdad, y bienvenida ésta por medio de
la literatura.
Sinopsis editorial:
“Todo lo que se narra
en esta novela ocurrió así, todos sus personajes son personas de carne y hueso,
y la historia, desentrañada con maestría e iluminada hasta sus últimos
recovecos por una ingente tarea de documentación, es real.
El 8 de diciembre de
2005, al sur de Ciudad de México, la policía federal detiene a Israel Vallarta
y a Florence Cassez y los acusa de secuestro e integración en banda criminal. Al
día siguiente, a las 06:47 de la mañana, los canales de televisión Televisa y
TV Azteca emiten en directo la entrada de los agentes federales en el rancho
Las Chinitas, la liberación de tres rehenes y la detención de Israel y
Florence. En los días siguientes, los detenidos sufrirán torturas, se les
negarán sus derechos y la lista de acusaciones irá en aumento. Pero cuando los
abogados defensores captan la inconsistencia entre los partes de detención, los
vídeos de la emisión televisiva y la versión de sus defendidos, comienza una
carrera contra el tiempo para sacar a la luz uno de los mayores montajes
policiales de la historia de México, cuyo desarrollo hizo que se tambalearan
los cimientos del gobierno de Felipe Calderón y culminó con un incidente diplomático
entre México y Francia.
Narración despiadada a
la hora de mostrar los entresijos del poder, las raíces más hondas de la
corrupción y su alcance, así como los embotados mecanismos de la justicia, Una
novela criminal es también una valiente denuncia del coste social de las
políticas que declaran la guerra al crimen sin poner freno a sus causas.
El jurado ha
premiado...
«[...] un fascinante
relato sin ficción del caso Cassez-Vallarta que durante años conmocionó a la
sociedad mexicana y llegó a generar un incidente diplomático entre Francia y
México. Rompiendo con todas las convenciones del género, el autor coloca al
lector y a la realidad frente a frente, sin intermediarios. En esta historia,
el narrador es tan solo el ojo que se pasea sobre los hechos y los ordena. Su
mirada es la pregunta, aquí no hay respuestas, solo la perplejidad de lo real.»
“Un
tipo de justicia para una french poodle”, resume con acrimonia, “y otra para un
perro callejero””
Algo más de quinientas
páginas en un viaje crudo por las cloacas oscuras de México, y como pudieran
ser las de cualquier país “civilizado”, donde lo que se nos ofrece como real no
lo es, o está cambiado, tergiversado. La gran mentira urdida por el gobierno,
la policía, los medios de comunicación, la justicia, en diciembre de 2005 con
la detención de la francesa Florence Cassez y de su entonces pareja Israel
Vallarta y la liberación de sus supuestas víctimas de secuestro y extorsión; lo
cual trascendió las fronteras, los intereses particulares, convirtiéndose,
según las cuitas de las altas instancias del poder, en un asunto de estado
internacional, en un grave conflicto diplomático entre México y Francia,
entre
los presidentes Nicolás Sarkozy y Felipe Calderón y de sus sucesores François Hollande y Enrique
Peña Nieto. La gran mentira, la ficción institucionalizada a la que Jorge
Volpi, por el contrario, en una abrumadora tarea de investigación y
documentación, logra destapar la verdad, sin enjuiciarla, a través de la
literatura y contraviniendo al poder establecido. Y es tan sincero, tan leal el
trabajo del autor, que incluso en las partes de la novela o de la narración que
no sostiene en pruebas o documentos y las que conjetura sin alardes, en cómo
pudieron haber sucedido los hechos, nos lo advierte: “Lo asiento de manera explícita para evitar que una ficción elaborada
por mí pudiera ser confundida con las ficciones tramadas por las autoridades”.
Un soberbio trabajo de periodismo literario.
“Israel
conserva una energía casi avasalladora aun cuando se quiebra. Reconozco que me
genera confianza, aunque no quiero verme cegado por la empatía que suelen
desarrollar los escritores frente a los personajes criminales de los que
escriben”
Una garantía, una fe en
el mensaje de lo leído, en la confianza de lo narrado, una guía para sortear o
mejor bogar con seguridad por la ingente avalancha de datos, por el sumario, entre
la enormidad de sus causas y efectos, de irregularidades, de farsas,
contradicciones y despropósitos, por su complejidad, desde la primera operación
policial, pasando por el montaje de la retransmisión televisiva de la detención,
hasta por todos los
mimbres de la corrupción institucionalizada mexicana. Volpi
despliega con habilidad la plétora de material, sin que suponga un lastre a la
fluidez del relato; tanta prolijidad no se hace reiterativa, cansina, al
contrario, magistralmente ésta se pliega al interés, en ocasiones trepidante,
de los hechos, revalidando la imparcialidad de la narración, las anáforas de un
periodismo riguroso y ecuánime, de sospechas sensatas, sin sobrecargas literarias
o personales, dotándolo de un atractivo como si fuera un vertiginoso thriller o
tan sentida como una tragedia.
“Me
parece difícil hallar un momento más aciago en esta historia plagada de engaños
y abusos de autoridad: el instante en que, impuesta la razón de Estado, a un
montaje se le suma otro y, para satisfacer al presidente, el gobierno mexicano
utiliza todo su poder contra una sola familia”
Un magnífico libro, una
novela o un documental sin ficción ambiciosa, valiente, crítica. Un documento
muy valioso, de cómo afrontar y destapar la verdad, de reivindicarla, en la
cloaca política mexicana y como pudiera ser la de otros casos y lugares. Una
obra recomendable.
“Una
de las ventajas del novelista es que apenas cuesta trabajo distinguir una
escena inverosímil. En otras palabras: una escena falsa”
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