Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 9 de noviembre de 2018

«Tiempo de agua»

La proximidad de la tormenta, como la vida misma, con sus luces y sombras, impulsa a encontrar el mejor refugio. Yo no tuve que buscarlo. Calle San Francisco de Asís de Ronda. Tiempo de agua. Tiempo de decisión.


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