"¿No me prestás tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas?"
Pero no fue Julio Cortázar quien respondió a la pregunta, sino mi cuñada Carmen o Menchu o Carmen Mari en plan burbuja de Freixenet, grávida, tendiendo su mano y acaso exorcizando la maldición abatida en su cristalería de Bohemia para el cava. No se oyó ulular alguno, solo el tañido de las campanadas, roncas, y alguna tos de atraganto.
"Y el primero..."
F.J. Calvente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario