Siempre hay caminos de otoño en el invierno, también en este invierno menos frío y más caprichoso. En el invierno propio. En el otoño adentro. Caminos de otoño que nos encuentran, susurran, penetran, nos sorprenden y estremecen. En el día y en la noche. En la vigilia y en el sueño. Luego es una cuestión de voluntad, de fiebre, hambre y esperanza, de necesidad o épica, abrirse para tomarlos; de dejarse ir, ligeros de lastres, por su rastro de pasión, de nostalgia y recogimiento, por un ocaso pálido de hojas en el suelo.
"OTOÑO EN INVIERNO"
F.J. Calvente.
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