Yo no quiero la supuesta eternidad en un trozo de tierra, ni para mí ni para los que están en su trozo de tierra. Tierra que aunque nos pertenezca, la que llevará y lleva un nombre, unas fechas, una imagen, profana y en su mayoría religiosa, unas flores naturales o artificiales, unos mármoles que con independencia del color jaspean los crepúsculos, unas cuentas, unas letras... son trozos de tierra que jamás nos pertenecerán y de lo que ya se ocupará la caducidad y el olvido. Solo quiero y quiero de ellos la luz. Cerrar los ojos y verlos, y a que otros me vean cuando llegue mi hora y acaso suprema; en la luz de como me vieron y de como los vi y sentí y los hice y me hicieron Vivir. Solo quiero el nítido recuerdo. La luz del recuerdo. La vida de esa luz y memoria. Porque solo así no estaré y ellos no estarán muertos, eternamente vivos en la definitiva ausencia.
F.J. Calvente.
#diadelosdifuntos
(Foto: Iglesia rupestre de la Oscuridad. Ronda)
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