Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 31 de marzo de 2016

IMÁGENES CON LETRA: "sentada en el abismo"


Andaba yo cansado de tanta rutina expectante, a tanto "¿Qué tal?" al que tendría que responder con apagado "Ahí vamos, infelizmente bien", de expectativas que fugaces desaparecen como pavesas en el viento, de respuestas al cansancio de lo siempre previsible, cuando tropiezo al llegar al Puente Nuevo con un estallido de voluntad envuelta en una prenda de fosforescente verde. Ella, la mujer de la bicicleta, sentada en el prolegómeno de piedra a la precipitación del barranco, abstraída, integrada, dispuesta me llegó con unas palabras de Antonio Porchia, "cansada de las monotonías, para descansar necesito un abismo". Y yo, entonces, en la distancia, me apresuraba en cruzar el Tajo, con un pellizco adentro por aquel desafío no sabía si para ella arriesgado, más cansado aún en mi búsqueda, la de dónde sostener la superficialidad de mi cansancio.

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