“—El morbo es el vicio más universal que existe”
Ni muy bueno ni muy malo. Ni
deslumbrador ni decepcionante. No es un clásico ni una novela mediocre. Indudablemente,
esto sucede cuando hablamos de un grande de la literatura universal, y como
hubiese sido el caso de cualquier otro, más si se es Premio Nobel de
Literatura, a los que les persigue el juicio, y la espera, de que cada novela
que publiquen sea igual de memorable que las que lo elevaron al pódium de las
letras. No es justo, por supuesto. No es justo establecer baremos, límites
inflexibles en torno a sus obras maestras y desmerecer de menores por el
contrario a las otras. No es esta “Cinco esquinas” (Alfaguara, 2016) de Mario
Vargas Llosa, una excepción a lo dicho anteriormente. No es una obra maestra,
de acuerdo; pero es un relato ágil, intenso, que se lee de un tirón y está muy
bien escrito, con ese estilo solvente y sincero del autor.
“Algo le decía que éste era uno de esos momentos decisivos que cambian
una vida o acaban con ella”
«Mario Vargas Llosa regresa a la
novela con un descarnado retrato del Perú de Fujimori, que es también un
apasionado alegato a favor de la libertad de prensa»
“«Él había pensado que, después
de todo, un periodista puede ser a veces útil. -Y también peligroso-, concluyó.
Tuvo el presentimiento de que nada bueno saldría de esta visita.»
«La idea de esta novela comenzó
con una imagen de dos señoras amigas que de pronto una noche, de una manera
impensada para ambas, viven una situación erótica. Luego se fue convirtiendo en
una historia policial, casi un thriller, y el thriller se fue transformando en
una especie de mural de la sociedad peruana en los últimos meses o semanas de
la dictadura de Fujimori y Montesinos. Me gustó la idea de que la historia se
llamase Cinco Esquinas como un barrio que, de alguna manera, es emblemático de
Lima, de Perú y también de la época en la que está situada la historia.
»Si hay un tema que permea, que
impregna toda la historia, es el periodismo, el periodismo amarillo. La
dictadura de Fujimori utilizó el periodismo amarillo, el periodismo de
escándalo, como un arma política para desprestigiar y aniquilar moralmente a
todos sus adversarios. Al mismo tiempo, también está la otra cara, cómo el
periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un
instrumento de liberación, de defensa moral y cívica de una sociedad. Esas dos
caras del periodismo son uno de los temas centrales de Cinco Esquinas.»
Mario Vargas Llosa
La opinión de la crítica:
«Uno de los aciertos de la novela
reside, sin duda, en lo fielmente que retrata las pretensiones éticas de esta
peña que trabaja en la prensa más sensacionalista...»
Iñaki Ezkerra, El Pueblo Vasco
«Cinco Esquinas, la nueva novela
de Mario Vargas Llosa, es un retrato del Perú de los años noventa, estremecido
por la violencia de Sendero Luminoso, sacudido por la corrupción del gobierno
de Fujimori y escandalizado por el periodismo sensacionalista.»
Letras libres
«Cinco Esquinas, la novela del
Premio Nobel que reúne a modo de resumen todos los elementos presentes en la
extensa producción de su autor, arropados con la magnífica prosa que
acostumbra.»
Francisco García Pérez,
Información De Alicante-Artes Y Letras
«Es una novela muy bien
construida, con un dominio del lenguaje notable [...].»
Joan Garí, Ara”
Los críticos, o algunos y retomo
lo anterior a la sinopsis editorial dictada por el propio escritor, consideran
este “Cinco esquinas” como una novela decepcionante, improvisada, de una
simplicidad ramplona, escrita sin planificación o a golpes de inspiración, no
muy talentosos, fruto de obsesiones del ayer que en la actualidad cobran más
relevancia para éste. Temas obvios, una venganza recurrente, la denuncia contra
el expresidente peruano, con el que compitió por la presidencia en 1990, Alberto
Fujimori, y el hombre fuerte de la dictadura, el Doctor, Vladimiro Montesinos, que
se sirvieron de la manipulación de la prensa para coaccionar a detractores u
opositores. Una prensa, amarillista, con la que en la actualidad el propio
Vargas Llosa se enfrenta por una mediática relación sentimental. Apreciaciones
injustas porque ni él ni nadie está en condiciones, este es su 18 libro, de
hacer de cuanto escriba una obra literaria perfecta. A mi juicio “Cinco
esquinas” es una novela amena, bien estructurada, sólida y con ritmo, me ha
encantado esa técnica faulkneriana de alternancia de varias narraciones o
contextos narrativos, el penúltimo capítulo es genial y al respecto. Incluso he
disfrutado del erotismo sin prejuicios, de una sexualidad femenina salvaje,
desenfrenada, elocuente. De acuerdo con que es una novela menor, de estilo
tardío o no carece de importancia, pero eficaz.
“El Perú entero podría satisfacer su curiosidad morbosa, su apetito
chismográfico, ese placer inmenso que produce a los mediocres, la mayoría de la
humanidad, saber que los famosos, los respetables, las celebridades, los
decentes, están hechos también del mismo barro mugriento que los demás”
Quizás hubiéramos esperado un
retrato más detallista, emocionante, de la sociedad peruana de la época, algo
más crudo y sin tanto humor “negro” entreverado. No obstante, a mi modo de ver,
esta intención narrativa, no desmerecedora, se refleja asimismo en unos
personajes que pueden resultar vacíos, no tan definidos, a los que los propios
diálogos, sucintos e inexpresivos, esa obsesión por el sexo, restan visualidad
y caracterización. Insisto que no es incorrecta, sino que Vargas Llosa ha
impuesto la sencillez a la retórica, sin honduras. Personajes que olvidaremos y
como todavía permanecen en nuestra memoria literaria otros de sus grandes
obras. No nos acordaremos de ese periodista mugriento y cínico, Rolando Garro; o
de su compañera Julieta Leguizamón y apodada la Retaquita; ni del rico
ingeniero Enrique Cárdenas o el abogado Luciano Casas; quizás nos acordemos de
los juegos lésbicos entre sus mujeres, dos pijas de la alta sociedad, Chabela y
Marisa; del viejo recitador de poemas, Juan Peineta, que para vivir se hizo
payaso, luego cayó en desgracia por culpa de las malas artes de Rolando Garro;
del siniestro y todopoderoso Doctor, mano derecha de Fujimori, un remedo exacto
de Vladimiro Montesinos. Personajes no tan visuales, que no retendremos por sus
ideas, o por algunas de ellas, o por efectos argumentales asombrosos.
“Tendría su dignidad, no querría seguir siendo el desaguadero del
régimen de Fujimori, el excusado por el que pasaba toda la caca del gobierno”
“Cinco esquinas” de Mario Vargas
Llosa, una historia ágil que arranca con una intensa escena lésbica entre dos
amigas de la alta sociedad limeña, en los años finales del mandato despótico de
Fujimori; luego un chantaje a un ingeniero importante, donde ya se trasluce el
componente político del periodismo amarillo y las alcantarillas del estado
peruano que usa y manipula contra sus detractores; chantaje que se convierte en
sensacionalismo mediático, que toma la intriga de thriller tras un asesinato y
a la sombra del poder de un régimen funesto; para terminar con cierta redención
del periodismo para enaltecer la justicia, no las miserias. La variedad
narrativa es intensa: erotismo, suspense, historia, política, sociedad... en un
retrato apto de la época, de la sociedad peruana en las postrimerías de la
dictadura de Fujimori, con toda su carga de corrupción, no solo institucional o
colectiva, sino también personal, de las injusticias, y una seria reflexión
acerca de la libertad de prensa y el libertinaje por su degeneración, de su
manipulación por los gobiernos o poderes económicos… El autor deja que el
lector haga sus propias consideraciones, no cae en valoraciones morales o en
juicios personales sobre la hipocresía, el cinismo, la crueldad. De acuerdo que
no es una obra mayor de Vargas Llosa, pero es una buena novela.
“Sabes de sobra que aquí desaparecen a la gente y no pasa nada porque
la culpa de todo la tienen los terroristas”
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