Y entonces cerré los ojos, abrí la memoria a unas palabras, unas palabras de Nooteboom, con el frescor del baño, con la épica de unas rocas que eriza la piel, Cartajima o el sueño que sueña un hombre que vive en el desierto, que es un sueño de oasis, amparo, flores, colores, goce, agua susurrante. Y así es: por la piedra se comprende la rosa, por la rosa se soporta la piedra.
Sueño y roca. Jardín del Genal y cielo azul. Cartajima en esta tarde de Agosto.
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