"Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma", me decía allá arriba una memoria de Julio Cortázar; y yo asentía en que a este milagro, la magia de ver tu casa con los ojos de un corazón que no te pertenece y al que en cambio contribuiste a crearlo y para que desde entonces tu vida palpite por el, no existen palabras que lo narre ni espacios con renglones suficientes para abarcarlo.
© F.J. Calvente
No hay comentarios:
Publicar un comentario