Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 6 de julio de 2017

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "El buscador de sueños" de Romano Battaglia

“El buscador de sueños es como nuestra sombra, … Es una realidad cuyo significado a menudo se nos escapa. Descubrirla quiere decir haber encontrado algo por lo que vivir. El relato de un sueño es ese algo”



Un librito bello, reflexivo e íntimo, “El buscador de sueños” (RBA, coleccionables, 2006) de Romano Battaglia.

“Sigue el hilo blanco de la vida:
te conducirá al territorio de los sueños”

“Recogía hierbas
en los instantes fugaces del alba y el ocaso,
cuando el mundo parece
estar bajo los efectos de un encantamiento”

“Nazareno es un hombre solitario que vive en la montaña. Filósofo y poeta, buscador de sueños y sanador, sabe preparar filtros y pociones mágicas curativas siguiendo las recetas que encuentra en las páginas de un volumen heredado del bisabuelo paterno, que vivió mucho tiempo entre los indios de Norteamérica. Como ello, Nazareno ama la naturaleza y, al igual que los chamanes y sanadores de los bosques, conoce las propiedades curativas de las hierbas.
Un hombre solitario deberá unir la magia de la naturaleza a la fuerza del espíritu para salvar a la mujer amada.”

“… la invitaría a ir al bosque para mostrarle las plantas que saben ser amables y comprensivas con quienes las respetan. Perciben el amor de las personas y tienen memoria… Los árboles conservan las huellas de la mano del hombre en su corteza y lo recuerdan todo, tanto el bien como el mal recibido”
“Sabía que todo ser humano lleva en su interior el sol, la luna y las estrellas. Tan sólo hacía falta encontrar ese cielo”

Este es un relato que no por breve deja de ser extraordinario. Una historia quizás espiritual, idealista, sutil, de esas enmarcadas en el género de la “autoayuda”, de la “superación personal”, “new age”, de la “conciencia planetaria”, … llamémosle como nos plazca; pero un cuento que remueve la consciencia más profunda, la que trasciende la honda soledad del humano en el universo, su separación e indiferencia hacia el medio ambiente, su entorno vital. Una gran reivindicación de la naturaleza; de hecho, conmovedora la experiencia “trascendente”, “dialogante” con los árboles en una de sus hermosas escenas. Una mirada sincera, sensible, a un mundo que no es como lo miramos. Una lectura sosegada, sencilla, fácil, y, en especial, enriquecedora.

“Recuerda los momentos de soledad,
pero sobre todo los de alegría y despreocupación.
No olvides que has amado,
ni que has odiado sin una razón.
No olvides nada de esta bendita tierra;
de lo contrario, las estrellas fugaces
te traspasarán el corazón.”


“Cuanto más nos acercamos a los árboles,
más nos adentramos en el misterio del hombre.
Significa reunirse con el aura vital
que envuelve a todas las criaturas vivas
del universo”

No digo más, solo me permito con transcribir algunas de las frases, de los momentos de una lectura apacible y penetrante, sentida.

“Los bosques son los corazones verdes de la tierra, un susurro de sueños ligados al crujir de las ramas. Son nuestra conciencia oscura e intrincada, en la que nos escondemos para huir de nosotros mismos. Los primeros templos de la humanidad fueron los bosques de castaños, de pinos, de robles centenarios. La creación del universo comenzó con una vibración sonora que resquebrajó la oscuridad de la noche y se propagó hasta el infinito… Ese fue el origen de la tierra, y aquel grito vital continúa propagándose por el aire, difundiéndose por los bosques, por el mar, por las montañas”

“La humanidad está gravemente enferma de egoísmo y de poder. El hombre cree haber alcanzado la cima del conocimiento, que es el amo y el controlador supremo de los fenómenos más inexplicables de la naturaleza y del universo.
El hombre envejece, pero no madura, y arrastra tras de sí el fardo de los errores causados por su arrogancia.
El vacío de la humanidad se reproduce todos los días, es como un muro de piedra: todo lo que choca contra él se destroza.
… Cuando se siente superior y muestra indiferencia hacia el prójimo, lo hace porque detrás del espejo se esconde su conciencia, que es la brújula de lo desconocido”

“La larga costumbre de vivir no nos prepara lo suficiente para morir en paz”

“… Vivir asombrado es descubrir nuevas posibilidades de vida y mantenerse siempre joven. Cuando ya no conseguimos maravillarnos por nada, nos invade la tristeza”

Un tesoro espiritual.

“… La sencillez es el sello de la verdad”


“Si un árbol cae en el bosque y nadie oye el ruido, es como si nunca hubiera existido. Lo mismo nos sucede a nosotros: lo que nos obsesiona no es tanto el miedo a la vida como el temor de que nadie haya advertido nuestra presencia. El mundo está lleno de árboles caídos en un gran bosque petrificado”


7 comentarios:

  1. Hay posibilidad de ue me compartas el libro en pdf en mi pais con se congigue

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  2. Llego a mi por casualidad, en el momento justo y en el instante preciso, quizás fue la CAUSALIDAD lo que me llevo a encontrarlo...

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  3. También llegó a mí por casualidad y me encanta su lectura. Es místico y te llega al alma.

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