Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 5 de agosto de 2017

D.E.P



No era el momento para alcanzar el misterio absoluto de la vida. No era el momento ni el lugar, o precisamente en ese lugar. No era el momento para la muerte. No era el momento porque aún tenían que dar más sentido a sus vidas y a la de los demás, antes del regreso a la fuente original. Hoy la muerte prevalece y nos sacude, y con ella regresa el miedo, el miedo a la vida sin significados. Nos queda la memoria.

Amigos, hermanos, con dolor, sí, pero vuestra luz sigue viva en nosotros.

D.E.P.



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