Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



lunes, 10 de junio de 2019

"Contraste armónico"


La apacible y generosa armonía de lo soberbio y eterno junto a lo efímero y sencillo, la piedra y la cal, arriba como abajo, cúpula y tejado, espíritu y hogar, crucero y salón, familia y encuentros, templo y morada, historia épica y rutina esférica, campanas y aldabón, oración y cobijo, silencio sagrado y ruido cotidiano, atalaya y guarida, velas y visillos, ventana y vitral... Yo en mi entorno, la alegoría, también su posibilidad: grande en mis insignificancias, pequeño en límites que casi se tocan, altivo  y a la vez modesto, con voluntad de oír, sentir y decidirme a ser conforme a aquello. 

Barrio San Francisco de Ronda. Calle Marbella. Iglesia del Espíritu Santo. Ahora.

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