“Claro que todas
las enfermedades son vagos intentos de nombrar a la muerte, metáforas que
viajan desde el sentido real del cuerpo hasta el sentido figurado de la muerte.
Torpes balbuceos de la palabra hasta una buena pronunciación final.”
“Dicen los
síntomas” ha sido el último de estos “Libros que voy leyendo” que para
mí merecen la oportunidad de traer aquí y recomendar. La novela de Bárbara
Blasco, galardonada con el XVI Premio Tusquets Editores de Novela 2020,
está escrita de una manera sencilla, ágil, entusiasta, traspasándonos una
historia interesante y conmovedora. Desde una habitación de hospital donde se
acompaña a un padre en coma y terminal, Bárbara Blasco despliega a través de su
protagonista, Virginia Aranda, una sugerencia, un bello estímulo para profundizar
en los datos, en los detalles esbozados, en la insinuación de unos universos
particulares: las relaciones familiares, la enfermedad o el sentido de la
enfermedad, el conflicto intergeneracional, la maternidad, el amor, el destino…;
y a los que el lector, ya fascinado, entregado por su narrativa desnuda,
impecable, incisiva, de una agrura lírica, con puntadas humorísticas, amargas,
tiernas, y aun así rotundas, se siente impulsado a transitar por esas zonas
afiladas de la existencia, perturbadoras incluso, totalmente incómodas porque
determinan consciencia y voluntad. Lugares y pieles, sensibles, los que magistralmente
la autora condensa y entrega de manera sucinta, casi superficial como el universo
infinito aprehendido en un poema, como una propuesta, una determinación para
ser penetrada por sus lectores deslumbrados y complacidos.
Sinopsis editorial: “Aunque Virginia nunca ha mantenido una buena relación con su padre, se siente obligada a visitarlo a diario y a hacerle compañía cuando este es ingresado gravemente enfermo en una clínica de Valencia. Para ella, obsesionada con las dolencias, los síntomas se revelan más sinceros que las palabras.
En esa habitación de hospital se ponen a prueba los vínculos con su madre y con su hermana, precisamente en un momento crítico en la vida de Virginia, para quien la maternidad empieza a ser una urgencia. Un nuevo paciente, un hombre enigmático y no carente de atractivo, ocupa entonces la cama vecina. Al principio Virginia apenas cruza con él algunas palabras de cortesía, pero, poco a poco, los dos traban una complicidad ajena a la asepsia del hospital, y acaban creando un pequeño espacio compartido, un lugar en el que cobijarse. Y en el que tal vez, cuando todo esté perdido, surja algo inesperado y auténtico.”
“—La gente normal pertenece a la categoría de seres mitológicos,
mamá, no existe.”
LIBROS
QUE VOY LEYENDO:
“DICEN
LOS SÍNTOMAS” de BÁRBARA BLASCO
© F.J.
Calvente
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