Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 1 de enero de 2021

"INEVITABLE"

 


Inevitable. Salir a pasear y en algunos tramos urbanos bañarte de luz, arriba, en la probabilidad y en el límite, de emisiones de colores con sus geometrías y dibujos encantadores. Inevitable, al pasear por calle de La Bola, por Carrera Espinel, despertar este fragmento de Marguerite Yourcenar, de sus “Cuadernos de notas, 1942-1948. Peregrina y extranjera”, y maleable con una emoción o con una contracción íntima: “Todas las luces podrían estar apagadas: las de los buques y las de las calles, las lamparillas de los enfermos y los cirios de las iglesias. Y las escasas lámparas que aún arden tiemblan de miedo en el horizonte. En esa completa oscuridad, cuando se trata para nosotros de morir lo menos posible, nuestra tarea consiste en recobrar, a tientas, humildemente, la forma eterna de las cosas.” Inevitable estas letras, las luces plásticas, el deseo de imaginarlas en lo que no son, en un paseo sin rumbo, ojalá que sin compromiso, sin plazo ni espera, la fría especulación de un nuevo año en el que hay que morir lo menos posible. Inevitable.

 

INEVITABLE

© F.J. CALVENTE.

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