Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 20 de abril de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "El huerto de Emerson" de Luis Landero.

 

“Dice Emerson que cada cual ha de aceptarse a sí mismo tal como es, y aceptarse además con orgullo y contento. Que a todos nos ha tocado en suerte un terrenito en el que laborar. Que es seguro que habrá alrededor terrenos más grandes y fértiles, donde crecen lechugas mejores que las nuestras, pero que nosotros tenemos que cultivar lo nuestro, el huerto que nos tocó en suerte, sin envidiar lo ajeno, conformes y alegres con nuestras lechugas, por pequeñas y pálidas que sean.”

 

 


Hermosa. Un placer. Impecable y deliciosa propuesta, y muy valiosa literariamente, esta novela, “El huerto de Emerson”, de Luis Landero (Tusquets Editores, 2021). Después de “Lluvia fina”, Landero prosigue contando recuerdos, sus recuerdos, recuerdos en los que, de una manera u otra, nos encontramos, nos vemos todos, en el interior, allá desde la memoria y el corazón, como en el espíritu que nos conecta o tiene que conectarnos con lo importante. “Tal como Robinson Crusoe rescata del barco naufragado todo cuanto le puede ser útil para su futuro solitario en la isla, así yo rescaté cuanto pude del naufragio de mi niñez, y con la ayuda de esos despojos voy sobreviviendo.” Y narra en primera persona, como es habitual y una garantía en él, con esa técnica cuidada, dotada, magistral, unificando lo sencillo con lo perfecto, sobriedad con exuberancia, una lírica emocional, un conmovedor poema en prosa… “A veces el quiebro de una frase vale más que la luminosa geometría de un algoritmo narrativo.” Narra un puñado de vivencias infantiles y adolescentes y maduras, de reflexiones de gran calado, como esos primeros capítulos que deberían establecerse en un ejemplo para todos los amantes de la literatura, a anécdotas, costumbres y, sobre todo, e insisto, recuerdos “… la memoria, como la imaginación, es un pozo sin fondo.” Una voz para la nostalgia que nos lleva muy, muy adentro, y muy, muy lejos, con su dosis de humor y melancolía, también, de ilustración, incluso, por los grandes autores de nuestra literatura. “Contra las indigencias de la realidad va don Quijote, y a la busca del tiempo perdido.” Pocas novelas, a partir de ahora, me van a gustar y sorprender como lo ha hecho esta, “El huerto de Emerson”, a que me llene tanto, a que me haga disfrutar tanto.

 

 

“… contra la modorra de la costumbre, la vigilia del asombro.”

 

“Las cosas no te hablan porque tú no te paras a escucharlas.”

 

 

Sinopsis:

 

 

“Un relato memorable sobre lo vivido y lo leído.

 

Tras el éxito prolongado de Lluvia fina, Luis Landero retoma la memoria y las lecturas de su particular universo personal donde las dejó en El balcón en invierno. Y lo hace en este libro memorable, que vuelve a trenzar de manera magistral los recuerdos del niño en su pueblo de Extremadura, del adolescente recién llegado a Madrid o del joven que empieza a trabajar, con historias y escenas vividas en los libros con la misma pasión y avidez que en el mundo real. En El huerto de Emerson asoman personajes de un tiempo aún reciente, pero que parecen pertenecer a un ya lejano entonces, y tan llenos de vida como Pache y su boliche en medio de la nada, mujeres hiperactivas que sostienen a las familias como la abuela y la tía del narrador, hombres callados que de pronto revelan secretos asombrosos, o novios cándidos como Florentino y Cipriana y su enigmático cortejo al anochecer. A todos ellos Landero los convierte en pares de los protagonistas del Ulises, congéneres de los personajes de las novelas de Kafka o de Stendhal, y en acompañantes de las más brillantes reflexiones sobre escritura y creación en una mezcla única de humor y poesía, de evocación y encanto. Es difícil no sentirse transportado a un relato contado junto al fuego.”

 

 

“… cualquiera que aspire a alcanzar lo mejor de sí mismo, o un buen gustador de la vida, es el que prolonga de algún modo su infancia, y de algún modo su inocencia.”

 

 

Gracias.

 

Un libro indispensable.

 

 

“Todos estamos condenados a ser originales, no lo olvidéis nunca. O mejor aún: en cada uno de nosotros está la semilla de la originalidad, y de nosotros depende que caiga en buena tierra y fructifique en algo, o que se agoste para siempre. La originalidad hay que ganársela, no se da de balde por muy único, por muy distinto que uno sea o parezca ser.”

 

“Diríase que la experiencia vital no está completa hasta que no contamos o nos contamos lo vivido.”

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