Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 30 de julio de 2021

"ENIGMAS SIN RESOLVER"


 

Días pasados renovamos nuestro ritual de fuego, o acaso mejor de viento por el espacio y hechizo. El encuentro, de este hatajo de soñadores, con el que aspiramos a asomarnos a los límites, en los bordes de la realidad; y con el que, al fin y al cabo, recibimos momentos limpios de amistad, sin débitos, de confianza, risas y expansión. Esta vez no hubo excepción, más cuando el avituallamiento aliviaba de cualquier frustrada expectativa y vacío, ninguna. Porque, del mismo modo para lo otro, para lo mágico o enigmático, tras fundirnos en las profundas cañadas de piedra y soledad, de un cielo tan desacostumbrado a observar con los ojos de adentro, prodigioso, solo roto por el trazo vertiginoso y rectilíneo de algún avión, de algún satélite lejano, del extraño desparpajo del silencio, descifrado por el viento en los farallones de este otro “puerto” sin mar, “ellos” no aparecieron, o quizás no supimos verlos. Otra vez será. Y, sin duda, ahí estaremos.

 

“Enigmas sin resolver”

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