Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 3 de agosto de 2021

"Otra vuelta completa de la Tierra alrededor del Sol"

 


Ayer, quien me dio la vida hubiese cumplido un año más, hoy soy yo el que marca otra muesca en el disparadero de la existencia, otra vuelta completa de la Tierra alrededor del Sol. Por supuesto que estoy contento, vivir siempre es un motivo de agradecimiento, quizás al desconocer qué o cómo es estar muerto. Bien cierto que por esta vez no tengo ganas de filosofías o metafísicas o palabrerías… que no conducen a nada, … ¿o cómo era?, ... de retóricas enrevesadas y de eximio e impreciso contenido con las que reflexionar y escribir lo bueno y malo de este periodo pasado, ni menos a ponderar éticas o valores reflejados en las aguas donde Narciso se ahogó, ni asimismo de las expectativas y deseos para este año que ahora comienza. No. Hoy estoy cansado. Cansado o “quemado", por agotamiento emocional o por renuncia, o ambos; del letraherido vocacional más viejo, sí, aunque también más lúcido, más honesto consigo, incluso más sabio al entender que los malos momentos pasan por algo. Cansado, lo que explicaría el verme sentado en la foto. Sentado en una escalera, propia, familiar, estimada, y de ahí a su reminiscencia de otros progresos y despeños por la atalaya o atalayas entre las que se fortifica la existencia, (amor, salud, trabajo, … lealtad, respeto… percepción e imaginación.) Sentado o a la espera, en un alto a la bajada por una altura o viso o faro, y así que transitada una, esa escalera, lo son por todas; o en una parada cuando no había subido ni el primer peldaño, o mejor el segundo, o un tercero donde aposentar mi cuerpo, los pies en el suelo … ¿Qué es esto, entonces, al afrontar el miedo e interrogarle porqué me resulta tan conocido lo de arriba y tal vez aun inalcanzado? Estoy sonriendo, todavía un esbozo de lo que fue o de lo que anhelo, pero suficiente y confortado con ello. Al fin y al cabo, es lo que quiero, mi regalo para este año: sonreír. Sonreír, porque solo de esta suerte el tiempo, mi tiempo, tendrá sentido.

 

¡Angus, Paco, y a ese otro FJ el rebuscado…! ¡Feliz CumpleVida!

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