Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 2 de diciembre de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "El año de la muerte de Ricardo Reis" de José Saramago.

 


¿Se han puesto a pensar que el barco en el que no vamos es el barco ideal para nuestro viaje?

 

Voy a comenzar esta reseña con una consideración que solo yo he motivado, la que a nadie importe y, por tanto, importune; sin embargo, a la que he estimado necesaria para abrir este texto y mi opinión y sensaciones sobre la novela del Nobel portugués José Saramago, “El año de la muerte de Ricardo Reis” (Alfaguara, 1998). Bien: No debí leer esta novela en el mes de agosto pasado y en los largos intervalos de espera durante mis sesiones de rehabilitación por un codo fracturado, después de demorar tantas veces su lectura para ese momento propicio en la insinuación de su relato. Porque, aunque Saramago siempre será Saramago, este libro requiere de una atención y de un entorno digámosle más recogido y concentrado. Probablemente no sea la mejor narración para dejarse conquistar por Saramago, o ya no lo sé y por esa excepcional destreza del escritor luso.

 

“Es un error pensar que con la vejez se pierde la memoria, que sólo la memoria antigua se conserva y poco a poco aflora como ocultas frondas cuando las aguas van bajando, hay una memoria terrible en la vejez, la de los últimos días, la imagen final del mundo, el último instante de la vida.”

 

Esta es una historia con muchas otras historias, engarzadas con la mágica sugerencia de la vuelta del heterónimo Ricardo Reis a Lisboa después de la muerte de su creador y amigo Fernando Pessoa. La mirada desarraigada o mejor desencantada de Reis con lo que ve y ante lo que una vez fue. Trama con bifurcaciones interesantes hacia la psicología, la política, la historia, la literatura, el amor físico y el platónico, la filosofía, la mística e incluso lo sobrenatural, en la época convulsa y desigual de los años 30 del siglo pasado, “Mientras los pobres esperando el cielo están en la tierra y en ella sufre, los ricos ya viven en el cielo estando en la tierra”, azotados por el fascismo italiano y el alemán, con España al borde de la Guerra Civil… Un retrato memorable de Portugal en los primeros años del “Estado novo”, bajo la férula del dictador Salazar, y de una ciudad, Lisboa, hilvanados con la poderosa y singular prosa de Saramago, tan ajena a todo pero tan penetrante y omnisciente.

 

“Es como vivir, nacemos, vemos vivir a los otros, nos ponemos a vivir también, a imitarlos, sin saber por qué ni para qué.”

 

Las conversaciones del personaje Ricardo Reis con el fantasma, o mejor aparecido, de Fernando Pessoa, con toda su inigualable carga y profundidad metaliteraria, con sus juegos líricos y positivistas, complejos y soñadores, me ha parecido lo mejor de la novela. “Un muerto es una persona seria, ponderada, tiene conciencia del estado a que llegó, y es discreto, detesta esa desnudez absoluta que es el esqueleto.” Sin embargo, no podemos obviar la condición crítica de la realidad histórica descrita, más ante un narrador que no dice nada pero que lo dice todo, que no se posiciona pero al que no le hace falta hacerlo, sí, magistral.

 

 Sinopsis:

 

A fines de 1935, cuando acaba de fallecer Fernando Pessoa, llega al puerto de Lisboa un barco inglés, Highland Brigade, en el que ha viajado, desde Brasil, Ricardo Reis, uno de los heterónimos del gran poeta portugués. A lo largo de nueve meses cruciales en la historia de Europa, durante los que estalla la guerra de España y se produce la intervención italiana en Abisinia, asistiremos a la última etapa de la vida de Ricardo Reis, en diálogo con el espíritu de Fernando Pessoa que acude a visitarle desde el cementerio en los momentos más inesperados. Es la época de las plumas estilográficas, de las radios Pilot, de las Juventudes Hitlerianas, de los topolinos, en una Lisboa atlántica cuya atmósfera envolvente se convierte en el verdadero protagonista de esta fascinante experiencia narrativa.”

 

“El año de la muerte de Ricardo Reis”, la novela que merecerá una relectura, sin duda, y de la que espero efectuar en el momento adecuado. Indispensable.

 

La más falsa de las mentiras es precisamente la que se sirve de la verdad para satisfacción y justificación de sus vicios.

 

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