Cuando el hombre que mira a los ocasos y vive con el fuego de su melancolía camina por estas tierras del Genal, de castaños que trasmutan el verde de sus hojas en los humores rojos, amarillos y naranjas del cobre, solo entonces desnuda la metáfora, completa la obra, respira de verdad, disuelve la quimera, la imposibilidad al andar por el incendio de un crepúsculo de otoño.
"Ocaso de cobre"
F.J. Calvente.
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