Entretanto, de aquel "Tal vez" y el más reciente "Futuro" de Julio Cortázar, de las letras y fotos ahí abajo de estas otras, subo en coche a Ronda, (tal como aún decimos los "ceporreros" más afincados al Barrio y a su hábito), por la Cuesta de Las Imágenes; más bien acompañado o acompañante que manejando o llevando el auto, por si acaso. Imágenes. Entonces,... ¡zas! o ¡pum! No es un latigazo o el reflejo de un trueno pendiente, próximo, sino que dejo a lo inmediato y a lo de al lado, a lo circunstancial y pronto también olvidado, a la conversación en el coche o a un silencio rutinario, la atención mecánica en el sombrío asfalto, para dejar volar la mirada y deshacer un frunce imprevisto en las entrañas. Una emoción. Un sentimiento. Adentro o de fuera adentro. Hondo. Por delante, continúa la siniestra sinuosidad de la calzada; a un lado, a la izquierda, un lienzo descarnado del Castillo con inclinado talud asilvestrado o desidioso; en el derecho, tras la efímera frontera de lanzas y piedras, como una disculpa por cierto agravio a la naturaleza o a su belleza, cuando en verdad se desnuda con ellas, se abre un sesgo eterno y estremecedor de un sueño o de aquello duraderamente soñado. Arriba, las nubes, en su solaz recorrido azul, ayudan a desbaratar la memoria de uno o del otro "ayer", y construyen, acaso en estos momentos, el "futuro" de un "tal vez".
"Nubes en las Imágenes"
F.J. Calvente.
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