Hoy Gala se ha empeñado en no saber nada del #díamundialdelperro y mucho menos, no soporta mi ingrávida retórica, a que yo escriba al respecto. De ahí, en los momentos en que hemos compartido salón, a poner su zarpa amenazadora sobre el portátil y a mirarme de esa manera sesgada a cuando le escamoteo un bocado o regaño por loca y testaruda. Sin embargo, Gala no ha podido evitar que recupere una foto de tiempo atrás y en similar disposición ella a la de hoy, aunque con un sopor de sobremesa distraído y profundo, y a usar el mismo móvil para, sin detenimiento, escribir esto. Si bien, ante su también mirada de sueños, limpia, no voy a insistir en la efemérides perruna y sí en sus únicos lealtad y cariño. Gracias por ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario