"Levanté la cámara, fingí estudiar un enfoque que no los incluía, y me quedé al acecho, seguro de que atraparía por fin el gesto revelador, la expresión que todo lo resume, la vida que el movimiento acompasa pero que una imagen rígida destruye al seccionar el tiempo, si no elegimos la imperceptible fracción esencial. No tuve que esperar mucho".
Más vale tarde que nunca: hacer posible la intención. Mi intención de conmemorar a este Día Mundial de la Fotografía que ya termina. El maridaje, para mí consustancial, entre imagen y letra. Y he aquí que he comenzado con unas letras de Julio Cortázar, del cuento "Las babas del diablo". Y termino mirando la fotografía, la escena captada desde la torre almohade en la zona de la Casa Rúa. Mi Barrio San Francisco tendido en el crepúsculo, suave y cárdeno, de cal y mieses, desde el misterio de una ventana al verano.
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