Saber mirar es complicado, atrapar la mirada, un Arte. Y cuando la creación, la observación consciente, aúna el anhelo de ritmo, equilibrio, honestidad y armonía, un color del alma, solo entonces, el artista y el observador, perciben el derrumbe de las fronteras, o a estas abrir sus puertas para ser mejores personas.
Esta ha sido una amable invitación, por inesperada, de sentir el arte de una mirada en el lienzo de la vida, de un encuentro personal a partir de aquella, de la mirada más bella, y humana.
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