Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 27 de diciembre de 2018

"POR LAS IMÁGENES"

Caminas por Las Imágenes. Despacio. Con absorta devoción. ¿Ves? En esta noche de invierno, Ronda es aún más la 'Ciudad Soñada'. Pero esta vez no pides a Rilke, ni viejo resumen alguno de las cosas que hayas deseado, que acompañe tus pasos, los latidos de admiración, los pulsos sentidos, el silencio clamoroso, cómplice, el vacío y la ingravidez de la percepción; tampoco como otras tantas a Alberti, así de manera "tan fina y seriamente", ni al "tenue rumor de agua, que conjuraba memorias de desiertos", de Borges, al "cielo de color inexpresable" de Cernuda, Lorca y aquel "zodíaco de risas blancas y negras", Jiménez con su fanfarria de adjetivos, "alta y honda, rotunda, profunda, redonda y alta", ni el "decorado romántico" de Hemingway, "los ojos que espían ocultos detrás de las celosías", tuyos y de Joyce, a Bergamín o cuando "unieron dos verdades en una sola", Diego y la "plaza de luz sin feria, rosa que dura", ni este fondo de "miedo, vaticinios, oraciones o versos" de Pemán, la tierra "enriscada en la sierra" de Goytisolo, "una confidencia maliciosa, sobre el transeunte que pasa", según D'Ors, ni a ese "con la Luz el corazón se aleja" de Ridruejo, o Villalón declamando alguna "llave con sus retacos"...; o a los más próximos: Espinel con "salud, paz y alegría, nobleza, amigos, sangre, patria mía", ni rimas con colores de Peinado, a Pérez-Clotet bajo la "luna de piedra redonda, caída como una flor de oro", o los remansos de sosiego de Ben-Mizzián, al caso los de un "Jardín de luces y sombras"...; sino, en estos instantes eternos al pasar por la portentosa balconada, a Neruda y sin duda a la luna: 

"Yo les lancé a los ojos las lanzas deslumbrantes
de nuestro amor clavando tu corazón y el mío,
yo reclamé el jazmín que dejaban tus huellas,
yo me perdí de noche sin luz bajo tus párpados
y cuando me envolvió la claridad
nací de nuevo, dueño de mi propia tiniebla."

Andas y atesoras todo a la luz de selene, por Las Imágenes, por lanzas, piedras, misterios arabescos, entre desgarros de los hierros que más que defender, consuelan la zozobra de esta parte del universo, suspiros de la quieta noche, profunda, de heridas pulsátiles por la belleza, rotunda, el amor de un sueño que la hizo ciudad y a ti, caminante, su amante.


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