Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



lunes, 16 de septiembre de 2019

«Química sutil»


Entonces, consciente de la conjunción de los elementos fundamentales (energía líquida en el sólido etéreo de la Alameda del Tajo), la belleza escribe su fantasía sensible ahí, ¿sientes?, muy adentro.

«Química sutil»

© F.J. Calvente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario